El pasado 27 de octubre de 2013 el mundo lloró la muerte de Lou Reed, cantautor, guitarrista y poeta, nacido el 2 de marzo de 1942 en Nueva York, Estados Unidos.
Hoy hubiera cumplido 72 años, fundador de Velvet Underground con que firmó discos inolvidables, a parte los 20 álbumes realizados a lo largo de su carrera como solista, el último ‘Hudson River Wind Meditations’ de 2007.
Decir que Lou Reed ha sido uno de los artistas más influyentes en los últimos 50 años de historia de la música rock, es algo que en el Reino Unido llamarían ‘understatement of the century’, una obviedad.
Sería suficiente la única declaración salida por boca de Brian Eno: “Todos los que hemos escuchado el primer disco de Velvet Underground, después decidieron formar un grupo“.
O si no también el largo listado de artistas que, de forma más o menos evidente, en Lou Reed se han inspirado: David Bowie, Iggy Pop, todo el punk tanto inglés que americano, la mayor parte de los grupos post punk, hasta la ola del underground rock años 80 y 90, hasta las bandas de los primeros años del 2000.
Es muy complicado no encontrar una conexión tan directa, declarada y explicita con Lou Reed, el Angel del Mal que ha sido celebrado por generaciones enteras tan diferentes y a distancia de muchos años.
Era mucho más que un gigante: ha sido el padre noble de la mejor música popular durante los últimos cincuenta años.