Una gran bacanal en la que los personajes extravagantes de las metrópolis atestadas se encuentran con las almas eternas de los salones y las polvorientas extensiones estadounidenses. Un retrato mítico, surrealista y al mismo tiempo verdadero, en el que la libertad es el leitmotiv de las doce canciones de «Lips In A World That Falling Apart» de Black Lips.
El nuevo álbum, que llegó dos años después de «Satan’s Graffiti or God’s Art?», fue grabado en los legendarios y recientemente reabiertos Valentine Recording Studios en Laurel Canyon, que también fue sede de los Beach Boys y Bing Crosby, en su época. El disco tiene un ambiente de country-rock, es una fiesta melancólica en la que el alma de la banda se muestra sin filtros. El grupo, formado por Cole Alexander (voz, guitarra y armónica), Jared Swilley (bajo), Oakley Munson (batería), Zumi Rosow (saxo) y Jeff Clarke (guitarra), ha anunciado que quiere cerrar con la idea de ofrecer conciertos locos y fuera de control en el escenario, favoreciendo en vivo un poco «más compuesto». Difícil de creerlo…
El hecho es que los Black Lips no renuncian a su rostro irreverente, que durante veinte años ha sido su característica distintiva precisa. Este trabajo lo prueba una vez más. Son «antihéroes» sin dientes y fuera de lugar que se divierten y entretienen. El álbum no ofrece nuevas ideas, viaja en línea con el pasado y las contaminaciones ya exploradas, incluso cuando tiene sus raíces en el folklore o el sonido rockabilly, no destaca por la innovación. Pero sigue siendo, en su totalidad, coherente con la visión de la banda que no necesita dar un paso adelante, sino que prefiere bailar y no pensar en lo que será.
El garage rock de los orígenes está menos presente, «Sing In A World That’s Falling Apart» es un viaje ruidoso en los sonidos del sur y del país. Entre eructos, gritos, tambores y atmósferas suspendidas en el tiempo, los Black Lips reafirman, con su estilo, que el rock no está muerto.
Piezas como «Get It On Time», «Angola Rodeo», «Georgia» y «Dishonest Men» parecen recordar mundos distantes: es como meterse en una diligencia de alcohólicos y viajar a través de inmensas praderas con el único propósito de pasarlo bien. Los reflejos, a veces amargos, parecen precisamente esas conversaciones entre borrachos que se consumen en el mostrador de un lugar donde la vida, incluso si parece escapar o incluso explotar, es contada por aquellos que quieren afrontarla siempre y, en cualquier caso, con una sonrisa.
Las canciones de ‘Sing In A World That’s Falling Apart’
01. Hooker Jon (03:52)
02. Chainsaw (03:16)
03. Rumbler (03:22)
04. Holding Me Holding You (02:31)
05. Gentleman (05:17)
06. Get It On Time (03:06)
07. Angola Rodeo (02:42)
08. Georgia (03:33)
09. Odelia (02:21)
10. Dishonest Men (03:23)
11. Locust (02:38)
12. Live Fast Die Slow (04:18)