El problema de muchos artistas es lo de seguir ofreciendo la misma imagen, seguir el mismo estilo y decir las mismas cosas de siempre, sin aceptar el paso del tiempo.
Cuando se llega a los 40 años, todo cambia, tanto en los ojos de los fans que en el feeling de un músico, un grupo o un cantante respeto a su propia música.
Es exactamente el problema (casi existencial) o, mejor dicho, la transformación que internamente está siendo protagonizada por Robbie Williams.
El miembro fundador de Take That, el pasado 13 de febrero ha alcanzado los cuarenta años y, durante una recién entrevista, ha ofrecido su punto de vista sobre su edad y un posible cambio de estilo musical.
El cantante originario de Stoke-on-Trent, actualmente en Australia para la promoción del último disco ‘Swing both ways‘, hablando con una importante televisión nacional ha hecho declaraciones muy interesantes.
“Acabo de llegar aquí… Y bueno, una vez entrado en mi habitación del hotel, he abierto las cortinas de la ventana principal y me he preguntado: ¿Sigo interesando a alguien? ¿Habrá gente dispuesta e escuchar lo que hago? ¿Realmente me harán falta los guardias de seguridad? Luego he encendido la TV descubriendo que para verme ha llegado muchísima gente. Un océano de energía que me ha sorprendido, algo que me hace realmente feliz“.
Contestando a una pregunta sobre sus sensaciones, habiendo llegado a los 40 años, dijo: “Afortunadamente no me hace falta ser algo que ya no soy. Tengo una edad… Antes estaba convencido fuese cool e importante ser igual a Radiohead, pero ya he cambiado mucho respeto al pasado. Lo habéis visto con mi último disco que no tiene nada a que ver con los primeros años como solista, es la demostración de una actitud más madura, que me gusta y que no puedo negar, una etapa distinta de mi vida. Ahora ya estoy listo para ser un entertainer para familias“.
