El pasado sábado 1 de febrero, 24 horas antes de la participación en el Super Bowl juntos a Bruno Marso, Red Hot Chili Peppers habían protagonizado otro concierto en el Barclays Center de Brooklyn, ofreciendo al publico de Nueva York el primer concierto en ocho años.
En la mitad del espectáculo, un show poderoso y lleno de energía que ha demostrado el increíble estado de forma de Red Hot Chili Peppers, ha llegado el anuncio oficial.
Flea, sudado como si hubiese salido de la ducha, ha agarrado el micrófono y ha gritado al publico estas palabras: “Estamos a punto de entrar en un periodo de hibernación para escribir nuestro nuevo disco…“.
Una noticia buena y otra mala, entonces. Llegará un nuevo álbum de estudio pero no veremos a Red Hot Chili Peppers durante un periodo de tiempo bastante largo: se encerrarán en el estudio para darlo todo en su nuevo trabajo.
Según cuanto publicado por Rolling Stone, edición de Estados Unidos, más tarde Flea ha declarado que el concierto del domingo, en el Super Bowl, ha representado una especie de ceremonia de despedida, un último chillido, considerando sobretodo la intención de empezar a crear algo nuevo y evolucionar a nivel de composición y musical.
Un resultado que seria posible alcanzar solo con un duro trabajo en el estudio. No ha sido una casualidad que la banda haya actuado de forma increíble, sin limites.
Por otro lado, la noticia del parón es una falsa alarma respeto a las actuaciones en directo: Red Hot Chili Peppers ya ha confirmado varias fechas a lo largo de 2014, así que la hibernación será menos dolorosa y silenciosa. Flea y compañeros serán headliner en los festivales de Lollapalooza Sudamérica de la Isla de Wight (Reino Unido).