Hace diez años, el 21 de abril de 2003, fallecía Nina Simone, pianista y cantante, famosa por su talento único y su lucha en contra de la discriminación racial, tras una larga lucha contra el cáncer de mama.
Diez años después de su muerte, el legado del artista estadounidense sigue siendo muy fuerte.
Siguen siendo muchos los artistas que se inspiran en ella, tanto a nivel musical (por ejemplo la versión de ‘Feeling Good’ por Muse) como a lo que se refiere el activismo en favor de los derechos de la comunidad afroamericana, (por ejemplo Alicia Keys).
Eunice Kathleen Waymon, verdadero nombre de Nina Simone, nació en Tryon, Carolina del Norte, el 21 de febrero de 1933 y pronto empieza a cantar en la iglesia del barrio, demostrando desde principio un increíble talento para la música. A causa del color se su piel es rechazada por el conservatorio de Filadelfia pero. gracias a la ayuda económica de la comunidad afroamericana de Tryon, la futura estrella de jazz, blues, r’n’b y soul viaja a Nueva York, donde puede continuar estudiando en la Juilliard School of Music.
Nina Simone se convirtió en una de las voces más importantes de los clubes de jazz de Nueva York de los años cincuenta, gracias a la capacidad de moldear un estilo único, lleno de influencias distintas. Por un lado sus raíces gospel, por otro el soul y la música clásica, especialmente las composiciones de Johann Sebastian Bach, fundamentales para elevar el nivel artístico, creativo y cultural de la música de Nina Simone.
El primer álbum ‘Little Blue Girl’, publicado en 1958, incluya una versión de ‘I Loves You Porgy’ de George Gershwin, uno de los principales éxitos de la música afroamericana y primer paso de la cantante hacia el activismo. Un tema de su segundo álbum, ‘Mississippi Goddamn’ se convirtió en banda sonora de la lucha para la igualdad racial. Muy a menudo participa en debates y manifestaciones a lado de Martin Luther King y Malcolm, componiendo temas de gran impacto social como la famosa ‘Ain’t got no.. I’ve got life’.
Su fuerte personalidad y la gran popularidad crean muchos problemas a la cantante que a partir de los años Setenta decidió abandonar los Estados Unidos, viajando entre Barbados, Liberia, Suiza y Holanda antes de establecerse definitivamente en Francia en 1992, el año de la publicación de su primera autobiografía ‘I put a spell on you’.
No obstante los muchos viajes, la pianista y cantante estadounidense siguió regalando canciones inolvidables y llegando nuevamente a ocupar la escena musical internacional con la nueva edición de ‘My baby just cares for me’ para un anuncio de Chanel en 1987.