Si tu abuelo y tu padre pasan toda la vida con una Gibson entre las manos, tu camino parece haber sido ya trazado. Una tradición familiar que Marcus King continuó con tenacidad instintiva, recorriendo kilómetros junto con su banda en una geografía capaz de unir Carolina del Sur, Tennessee y Louisiana.
Hasta que su camino se cruzó con el de cierto Dan Auerbach. El motor de música Black Keys, firmemente convencido de que el chico lo hará, decidió suavizar las esquinas, produciendo en su estudio en Nashville el primer trabajo en solitario del joven prodigio de seis cuerdas, titulado «El Dorado».
A pesar de sus veintitrés años, el músico ya tiene en mente dónde converger sus intereses, como lo demuestra la contraportada de su álbum, que muestra los mejores tótems que el Nashville Skyline tiene para ofrecer. Desde los antiguos Cadillacs, hasta los inevitables sombreros, pasando por edificios de culto como el Ryman Auditorium y el Batman Building, hasta la réplica a escala original del Partenón en Atenas, sí, en la Ciudad de la Música también hay esto. Un collage compuesto de esas marañas de country, folk y blues que a lo largo de las orillas del Mississippi han creado un sonido que huele a polvo, calle, bourbon y cigarrillos, la encrucijada de un mito que es difícil de morir, pero capaz de encantar a las nuevas generaciones.
Con la guitarra como un medio privilegiado para dar cuerpo a sus emociones, Marcus canta con voz flexible las mil facetas de un personaje complicado, atenuado por las ansiedades, los trastornos compulsivos y las dificultades para adaptarse a una realidad provincial, completamente opresiva para él. Historias de redención y comodidad, como de mujeres y corazones, buenas para un par de cervezas y para golpear el tacón de la bota en la barra del bar, que en una variada gama de registros ofrece una frescura restaurada a un género ahora consolidado, a caballo entre las raíces del sur y la naturaleza de los 70.
Desarrollando así su credo en el mejor de los casos, el joven King, bajo la atenta mirada, en la sala de control, de Auerbach, con quien escribió y grabó el álbum en un corto período de tiempo durante el verano, nos regala doce pistas legendarias, capaces de crear una conexión casi ancestral entre padres antiguos y nuevos de música 100% americana, como Sam Cooke, Duane Allman y Willie Nelson, con matices occidentales relajados y frases rítmicas de armónica y acero laminado.
Si Young Man’s Dream recuerda muy de cerca al bucólico Neil Young de «Harvest», presentando desde el principio las atmósferas evocadoras y agridulces de una América lejos del ajetreo y el bullicio de las grandes ciudades, el espíritu rector es eso, un una pequeña retórica, de una libertad salvadora, a lo largo de una carretera que no conoce límites.
Entonces, entre baladas nostálgicas que revelan sentimientos y pasiones, como en «One Day She’s Here«, «Beautiful Stranger» o «Sweet Mariona» y en la paz aterciopelada de «Wildflowers and wine«, Marcus dispensa giros de un blues consumado que actúan como contrapunto a coros R’n’B y melancolía. Notas que inevitablemente se vuelven más turbias en el explosivo riff de «The well» y en la mitología country de «Too Much Whiskey», con todos los ingredientes adecuados: una pizca de Mississippi, dos gotas de Nashville, algo de Nueva Orleans, vudú y los matices jazz del famoso Café du Monde. Aún así, los impulsos sanguíneos de «Say you will» abren el camino a las mil sugerencias occidentales de «Turn it up«, así como a la quietud final de «No pain»
El propio Auerbach, mentor de este salto adelante del guitarrista y cantante, dijo palabras halagadoras sobre su protegido. De hecho, en esa mezcla de estilo y carácter, Dan ha encontrado, incluso antes de uno de los mejores talentos del nuevo folk en circulación, un verdadero y precioso cómplice, con quien compartir un inmenso amor por la herencia musical estadounidense. En esto, Marcus King ha descubierto la dirección a seguir para liberarse de sus demonios, su personal ‘El Dorado’.
Las canciones de de ‘El Dorado’
01. Young Man’s Dream (03:08)
02. The Well (02:57)
03. Wildflowers & Wine (04:48)
04. One Day She’s Here (03:47)
05. Sweet Mariona (02:34)
06. Beautiful Stranger (04:07)
07. Break (03:00)
08. Say You Will (03:54)
09. Turn It Up (03:38)
10. Too Much Whiskey (03:54)
11. Love Song (02:30)
12. No Pain (03:53)
