En la primera semana de noviembre ha salido a la venta el nuevo álbum de Kiss, titulado ‘Monster‘. La banda de Nueva York regresa tras una pausa de 3 años del muy bueno Sonic Boom y con este ‘Monster‘ que representa el trabajo numero 20 en la discografía de este grupo inmortal del rock que parece no sufrir el pasar de los años.
La increíble pareja formada por Paul Stanley y Gene Simmons representa una de las joint venture musicales más prolíficas en la historia del rock. Los otros dos miembros originales de Kiss, Peter Criss y Ace Frehley, siguen al margen desde el mítico tour de Psycho Circus (hace 12 años) cuando fueron sustituidos en vía definitivas por los ‘nuevos’ Eric Singer a la batería y Tommy Thayer.
Hace unos meses, en verano de 2012, los componentes de Kiss presentaban el disco como uno de los mejores, indicando en Monster a la misma altura de sus principales éxitos, a lo largo de una carrera que parece no pararse nunca. Empezamos con Hell or Hallelujah, primer sencillo del disco. Un concentrado de todo lo que Kiss representan: potencia, groove, construcción perfecta de la canción, ejecución refinada y importante trabajo vocal de Paul Stanley que, increíblemente, tiene la misma voz de hace 30 años. Wall of Sound nace sobre un bonito riff que nos recuerda los Kiss de los primeros años 90 que se convierte en un tema muy pegadizo. Freak merece la pena escucharlo solo por el solo de Tommy Thayer.
Gene Simmons, y su voz, protagonizan Back to the Stone Age, otro tema seguramente acertado, uno de los mejore momentos de Monster. Shout Mercy nos lleva hasta el corazón del rock de los setenta, mientras Long Way Down es un mid time excelente. Construido con sapiencia y muy catchy, Eat Your Heart Out nos ha hecho bailar y no poco, que abre las puertas a The Devil Is Me, tema poderos, con un riff pesado como una pedra: bajos a tope y guitarras que cortan.
La siguiente Outta This World es probablemente el tema menos original, aunque en pleno estilo Kiss. Vamos con All for the Love of Rock & Roll, cantata por primera vez por el batería Eric Singer: una canción bien elaborado, respetando los elementos canónicos del rock’n’roll más clásico de los años 70 y 80. Cierra el álbum el emocionante Last Chance que permite a Kiss de despedirse dejando en el aire una atmosfera años 90 como en el anterior trabajo Revenge.
Seguramente un álbum muy bueno, no una obra maestra como Gene Simmons y Paul Stanley habían declarado… Sonic Boom de 2009 resulta todavía más inspirado. Pero hay que decir que, respeto a muchos otros viejos leones que llenan la escena musical actual, sin duda Kiss son entre los pocos capaces de mantener viva las llamas de su espíritu rock, produciendo discos de muy buena cualidad y sin convertirse en la caricatura de si mismos.