‘FutureSex/LoveSounds’ fue un álbum que, por varias razones, cambió la música pop: ha destruido las barrieras entre géneros musicales y alcanzado un publico mas heterogéneo, cuando las fans de los NSync ya habían olvidado el sex appeal de sus miembros. Un disco que es importante sobretodo porque su sucesor ha tardado siete años en salir en el mercado musical, siete años en que Justin Timberlake ha hecho todo menos dedicarse a su carrera musical: actor, empresario digital, descubridor de talentos, designer… utilizando su imagen y su credibilidad para construirse un futuro como celebridad polifacética
Pero finalmente ha regresado a su primer estadio, la música. Pero el primer problema del nuevo álbum de Justin Timberlake ‘The 20/20 experience’ es la durada: hablamos de 70 minutos por diez canciones. Los temas mejores del anterior disco ‘FutureSex/LoveSounds’, es decir ‘What goes around…/…Comes around’ y ‘Lovestoned/I think she knows’, alcanzaban los siete minutos y medio pero seguían ofreciendo mucho a nivel de creación musical. En ‘The 20/20 experience’, las nuevas canciones se arrastran con dificultad por encima de los cuatros minutos, con un loop que presenta obligatoriamente la misma idea, las mismas palabras y decir que “Queen y Led Zeppelin hacían lo mismo…” no es una atenuante.
Quizás la culpa sea de Timbaland que gracias a la repetición (como en los temas más clásicos de Missy Elliott o Aaliyah) ha sabido construir una carrera, a parte las malas experiencias en 2006 con el mismo Justin y Nelly Furtado hasta el declino con ‘Hard candy’ de Madonna.
El regreso de Justin Timberlake entonces es también el regreso de Timbaland y juntos han tenido la brillante idea de dejar a un lado EDM y dubstep, centrándose en sonidos del pop original y elementos casi exóticos, como ‘Strawberry bubblegum‘ que se presenta como homenaje a Barry White, ‘That girl‘ en pleno estilo soul años 60. ‘Suit and tie‘ nos ofrece un GQ en el papel de crooner, ‘Don’t hold the wall‘ es un ticket para Bollwood, mientras ‘Let the groove get in’ se insipra a los ritmos tradicionales del Burkina Faso.
De toda forma, las mejores canciones de ‘The 20/20 experience’ son las que más se alejan del concepto principal.
‘Mirrors’ parece casi una nueva versión de ‘Cry me a river‘ y ‘My love‘ es el único tema que crece y se desarrolla sin aburrir. ‘Blue ocean floor‘ nos recuerda un poco a Frank Ocean, gracias a un alfombra ambient que rodea los primeros experimentos de Four Tet.
Las dos últimas canciones, afortunadamente, ofrecen letras de un cierto nivel, considerando que en este nuevo disco de Justin TImberlake los textos se mantienen en un precario equilibrio entre el obvio y el ridículo. En ‘The 20/20 experience’ Justin parece limitarse a colocar palabras buenas para el ritmo, sin preocuparse demasiado de su significado (un ejemplo emblemático: ‘My little daisy / let me rock you like a baby baby baby baby‘…).
‘The 20/20 experience’ no es un álbum que cambiará la historia del pop. Sin embargo signa el regreso de Justin Timberlake y esa es la única, verdadera, buena noticia.
Tracklist: “Pusher love girl” “Suit & tie” “Don’t hold the wall” “Strawberry bubblegum” “Tunnel vision” “Spaceship coupe” “That girl” “Let the groove get in” “Mirrors”.