Hace dos años Jamie Lidell estaba luchando contra un profundo cambio en su vida: nacido en la campaña ingles del Cambridgeshire, Jim creció como músico entre Londres y Berlín, donde, a finales de los años ’90, era protagonista de las noches de la capital alemana con la Canadian Crew formada con Gonzales, Feist, Peaches e Mocky.
Esta experiencia contribuyo, y mucho, al desarrollo de un sonido personal, caracterizado por un profundo amor y respeto hacia la música black, en particular soul, funk y rhythm & blues, pasión llevada al extremo en el disco ‘Jim’ de 2008, bonito, elegante, pero quizás un mero ejercicio estilístico. Dos años después con ‘Compass’ Jamie Lidell se renueva, gracias al encuentro, en Estados Unidos, con Beck y otros artistas como Feist o Nikka Costa, con el resultado de un album fresco, lleno de ideas y original, un lado inédito de Jamie, melancólico y triste.
El nuevo disco, el quinto, nace en el estudio de su casa en Nashville, donde Jamie Lidell ha podido cuidar y ocuparse personalmente de cada elemento de su trabajo discográfico. ‘Soy egoísta’, ‘I’m selfish’, así se presenta con el primer tema del álbum, casi totalmente pop-soul, divertido, con una fuerza que sube poco a poco. Se nota inmediatamente que el sound del entero disco es un melting pot de varios géneros musicales, desde un Michael Jackson que navega en un mar de música electrónica (‘Blaming something’), hasta un Prince malicioso que hace de corista a los Daft Punk (‘You know my name’)…
‘Jamie Lidell’ es un universo musical paralelo, donde las clásicas reglas de composición y producción dejan espacio a la imaginación, a la diversión. Ejemplo de cuanto dicho la otra nueva canción ‘What a shame’, con un bajo adictivo y sonoridades dinámicas, acompañadas por una mezcla entre drum machine y batería acústica. Interesante el sonido funky de ‘Do yourself a faver’ donde la notas se mantienen en equilibro sobre la ironía, como también en ‘You naked’ con un estribillo muy pegadizo. “Why ya why” es, sin dudas, el tema más black del disco, un blues tocado con instrumentos electrónicos, donde la voz de Lidell parece salir de un viejo disco de Billie Holiday.
Un nuevo álbum a mitad entre tradición y experimentación, donde el calor del soul se mezcla con los teclados del sintetizador (‘So cold’), pasando por temas casi lentos y melancólicos (‘Don’t you love me’) para recuperar velocidad y fuerza como en ‘In your mind’. Jamie Lidell demuestra su talento de artista capaz de buscar nuevas soluciones manteniéndose coherente con su propias raíces musicales, un disco original, divertido e intrigante.