‘Perjudica el futuro de los nuevos grupos’.
El bajista y cantante de Kiss, a parte ser famoso por su larguísima lengua, ha nuevamente expresado su punto de vista (negativo) sobre el fenómeno de la descarga de música ilegal, añadiendo más contenidos a un debate que, nos guste o menos, ya es poco interesante y también anacrónico, perdiendo su importancia gracias también a las nuevas tecnologías y a las renovadas plataformas de música en streaming.
Hablando con la redacción britanica de Metal Hammer, Simmons ha declarado: “Todavía estoy convencido que la descarga de música sea un crimen. Y el aspecto más triste es que son los mismos fans que destruyen lo que aman: la grande música. Los downloads cortan las piernas a las futuras nuevas bandas… Hablando de mi grupo, por culpa de ese fenómeno hemos perdido no se, quizás decenas de millones pero gracias a licensing y merchandising vivimos muy bien. ¿Pero los demás? Conozco muchos artistas que, aunque tengan un público fiel, luchan cada día para sobrevivir… Puede que tengan miles y miles de descargas pero, en el bolsillo, ni un euro“.
Pero es interesante notar que los temas presentados por Simmons para condenar la descarga de música son similares a los que la defienden, es decir, los artistas que prefieren dejar libre su música, jugando su partida en el ámbito de las entradas a los conciertos, el merchandising, publicidad insertada en sus vídeos musicales y más.
El legendario miembro de Kiss, refiriéndose también a los programas que buscan talentos, encuentra un punto en común con el problema de los downloads ilegales: “Puede que mis palabras sorprendan a los demás, pero creo que son programas altamente útiles. Por culpa de la distribución prácticamente sin reglas en Internet, los sellos discográficos, mucho de ellos, viven en la confusión. Los grupos buenos de verdad difícilmente consiguen emerger del océano de música por si solos porqué las discográfica ya no pueden invertir dinero, cada ocasión es buena para llegar al público y talent show como ‘X Factor’ o ‘American Idol’ en realidad ofrece un servicio que antes hacían los sellos”.
“Si anda por ahí un nuevo Elvis o un nuevo grupo como Beatles, lo más probable es que acaben cocinando pizzas en un barrio de su pueblo. Antes la música era un negocio que trabajaba para ofrecer cualidad: ahora es un negocio en las manos de cualquiera que tiene los mismos proyectos de beneficios sin ningún tipo de cualidad. La música así como la conocemos nosotros, está en serio peligro de vida“.
