Con la colaboración de su inseparable productor Tony Visconti, el veterano de la música David Bowie regresa al mercado con su esperado vigésimo quinto disco, sucesor de ‘The Next Day’ de 2013. Dos años de espera para una publicación sorprendente compuesta por apenas 7 canciones introducidas por los dos singles “Blackstar” y “Lazarus“, lanzados respetivamente el 20 de noviembre y el 17 de diciembre.
Como siempre, la redacción de Música Nueva ha podido escuchar el nuevo álbum con doce días de antelación y os presentamos, antes que los demás, nuestra reseña de ‘Blackstar’.
El nuevo proyecto del padre de ‘Ziggy Stardust’ llegará el día 8 de enero y nos devuelve un David Bowie realmente camaleónico: ‘Blackstar’ es un buen disco con todos los elementos para adelantar los resultados de ‘The Next Day’ y añadirse a los logros más positivos en la infinita carrera musical de David Robert Jones (1947).
Tony Visconti anticipó que Bowie últimamente ha descubierto artistas como Boards of Canada, Kendrick Lamar, Death Grips y el Duque Blanco en su álbum consigue analizar, metabolizar y vampirizar las novedades musicales, convirtiendo los elementos de la modernidad en intuiciones geniales capaces de construir canciones siempre más innovadoras.
La exigencia de crear sonidos modernos se nota con la presencia del percusionista James Murphy con un trabajo que se desarrolla a partir de una nueva operación conceptual, evidente en como ha elegido su backing band. Donny McCaslin (saxofonista de 1966), Ben Monder (guitarrista, 1962), Tim Lefebvre (bajista, 1968) además de los más jóvenes Jason Lindner (teclista de 1973) y Mark Guiliana (baterista, 1980): un ensamble jazz que pero acompaña ideas y música de un genio casi septuagenario (Bowie tiene 68 años…).
¿El resultado? Un disco para nada convencional que podremos tranquilamente definir como post punk, agresivo, con groove ácidos y un dinamismo fuera de lo común.
Así suenan “‘Tis a Pity She Was a Whore” (entre alfombras disonantes, beats electrónicos y solos free jazz) y la preciosa “Sue (Or in a Season of Crime)”, con matices casi drum and bass gracias a una rítmica potente y tensa (canción ya incluida en la antología ‘Nothing Has Changed’).
El prog jazz soul electrónico del title track ‘Blackstar’ que cautiva por su aspecto centrípeto que perturba la clásica estructura de las canciones: en cada tema del disco aparecen elementos y sonidos nuevos, que circundan melodías y armonías plenamente pop. Escritura y arreglo alcanza un nivel de sofisticación realmente impresionante.
Elegancia, sutileza y dureza llenan también ‘Lazarus’, única canción del musical escrito por Bowie, una balada tensa, dramática, con una sección rítmica que sigue constante también durante momentos más lentos y lineares. La guitarra aparece con sus acordes distorsionados que se choquean en el fondo pero es el nocturno saxo que enriquece este tema.
“Girl Loves Me” ofrece un toque jazz entre estructuras pop rock (con elementos trip hop), posiblemente la canción menos acertada del álbum y seguramente inferior a la sucesiva “Dollar Days” donde la guitarra acústica que juega en contrapunto con el ritmo, convirtiendo una clásica balada en algo mucho más original, acompañándonos hasta “I Can’t Give Everything Away”, un blue note pop con un corolario de electrónica perfectamente interpretado.
‘Blackstar’ es un disco pop moderno e innovador, vanguardista: sofisticado, duro, post punk, experimental. Después de muchos años transcurridos recordando con nostalgia su vida en Marte, David Bowie para su 69 cumpleaños se ha hecho un gran regalo: el mejor disco desde ‘Outside’ de 1995.
TRACKLIST
1. “Blackstar”
2. “‘Tis a Pity She Was a Whore”
3. “Lazarus”
4. “Sue (Or in a Season of Crime)”
5. “Girl Loves Me”
6. “Dollar Days”
7. “I Can’t Give Everything Away”
