En tiempos difíciles, dejar que el sonido puro de un álbum como ‘Mixing Colors’ fluya puede ser útil para infligir una sensación de bienestar mental, a fin de recuperar esa quietud interior que hoy en día adquiere un carácter cada vez más preciado. La renovada colaboración sonora de los hermanos Eno se realiza a través del sello Deutsche Grammophon, que por una vez se aleja valientemente de su zona de confort puramente clásica (fundada en Hannover en 1898 por Emile Berliner, el inventor del gramófono, y por su hermano Joseph, sigue siendo la excelencia más prestigiosa en música clásica).
Aunque para ser sincero, en el caso de ‘Mixing Colors’, siempre es música culta. Una mezcla de sonidos heterogéneos cuyas melodías nostálgicas ligeramente schubertianas de Roger Eno son sistemáticamente y de una manera completamente natural (o más bien parental) al enfoque de sonido más conceptual de su hermano Brian.
‘Mixing Colours’: la mezcla perfecta entre natural y conceptual
El álbum sale a la luz oficialmente el primer día de la nueva temporada de primavera, cuando la naturaleza renace y las plantas y los campos florecen, envueltos por el agradable calor, aún no intrusivo como el de verano, del manto solar. A partir de esta observación, la amplitud de ‘Mixing Colors’ parece querer ir tan lejos como tocar el aspecto trascendental del sentimiento interno, haciendo que la experiencia auditiva que sigue sea aún más fortificante.
Desde la canción de apertura, «Spring Frost» – título que pensemos en la novela mishimiana ‘Snow of Spring’, en la tetralogía indispensable ‘The Sea of Fertility’, hasta el concluyente «Slow Motion: Sand«, en el que la música finalmente se otorga a sus elementos esenciales de color, timbre y pulsación.
‘Mixing Colors’ le permite experimentar un deseo de investigación meditativa que se refiere al cambio de matices tonales y los contrastes tonales del sonido; «Burnt Umber«, «Obsidian«, «Verdigris» o la splendida «Celeste«. De hecho, todos se refieren a un color diferente, por lo que el álbum es casi global. Colores que, como sugieren los cariñosos hermanos, son complementarios a los mismos que componen una pintura abstracta, como puede ser la portada de su álbum, del contemporáneo Dom Theobald, grabador, pintor y artista digital originario de Norfolk, condado del este de Inglaterra.
Destaca el talento del menos famoso de los hermanos Eno, cuyas brillantes patinas de el piano se puede introducir en «Blonde«, «Dark Sienna», «Snow» e «Iris«, la única pista del álbum que no hace referencia a un color específico. Aquí, cada nota se coloca cuidadosamente, para crear sugerencias de perdición de espacio-tiempo suave. Aunque Roger es el músico principal, en estas piezas relativamente cortas, también son emocionantes, completas, llenas de equilibrio y solemnidad.
En estos días de cuarentena, ‘Mixing Colors’, es uno de los nuevos discos que no puedes perderte.