Con Adam Yauch, exactamente hace cuatro años, no solo se fue uno de los personajes más emblemáticos del panorama rap e hip hop americano si no también un momento fundamental en la historia de la música contemporánea.
MCA era un chico de la burguesía blanca neoyorquina, apasionado de hardcore punk que se enamoró del rap y con su pequeño trío de amigos consiguió conquistar el mundo.
Nada raro, si no fuera que la epopeya de Beastie Boys se celebró hace más de treinta años, cuando en muchos países europeos el rap básicamente no existía…
El primer elemento de ruptura fue que el grupo era compuesto solo por chicos blancos, white guys haciendo rap: algo impensable y una barrera que consiguieron superar con no pocas dificultadas hasta conseguir la aprobación y conquistar credibilidad también en los guetos plenamente black.
Gracias a sus raíces rock y los experimentos de crossover, una gran ayuda llegó por parte del legendario productor Rick Rubin: pero el mejor elemento de Adam Yauch y BB fue seguramente la auto-ironía. Michael Diamond (Mike D), Adam Horovitz (Ad-Rock) y Adam Yauch (MCA) tomaban el pelo a todos como aparecía evidente en sus increíbles vídeos musicales, perfectos para vehicular las tendencias rap norteamericanas y que encontraron un excelente aliado en la naciente MTV.
No obstante los millones de discos vendidos, Beastie Boys siguen siendo hoy en día un grupo innovador, rebelde y único, con su mágica calidad de funcionar como pegamento entre varios estilos y géneros diferentes.